5.11.10

Blanco claro (blanca clara)

A Blanca le gustaban los colores claros, suaves, que la llenasen de tranquilidad.
A Clara le gustaba el blanco. Un blanco inmaculado; ese blanco que parece irrompible, que ni con el más oscuro de los negros se desequilibriaría.
Y, porqué no, a Clara le gustaba Blanca y a Blanca le gustaba Clara.
Eran la luz de sus vidas.
Se tenían la una a la otra, siempre juntas, siempre unidas.
Si decías Blanca, el "Clara" te salía solo.
Y un día, un día de aburrimiento eterno sobre el sofá mullidito, inconscientemente, se miraron, de ojos grises claros a ojos azules clarísimos. De blanco a claro.
Y, como por inercia, dijeron con su dulcecita voz melodiosa "cohesión" y formaron un blanco claro.
Una unión aún más fuerte que la de relacionar siempre sus nombres.
Una cohesión total, de cuerpo y cuerpo.
De persona con persona.
Una mezcla de blanco y claro. Un Blanca-Clara.

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